Escritor, periodista y orador espírita argentino. Nació en Buenos
Aires comenzando el siglo veinte, en 1903, y desencarnó allí mismo el 29 de
mayo de 1967.
Desde muy joven se incorporó al movimiento espírita, en las filas de la
sociedad "Víctor Hugo". Organizó y dirigió la Federación Juvenil
Espiritista de Argentina, hermoso escenario que canalizó las inquietudes de
un nutrido grupo de jóvenes argentinos que habían abrazado con fervor y entusiasmo
los ideales kardecistas. Sostuvo a lo largo de su vida entera el afán de ver
a los jóvenes orientados por elevados ideales de espiritualidad y trabajando
por el progreso de los pueblos.
Fue, junto con Humberto Mariotti, discípulo predilecto de Manuel
S. Porteiro, el gran sociólogo espírita, y de él recibió
orientaciones básicas para una interpretación dinámica de la Doctrina Espírita
que nunca se alejarían de su pensamiento. En todos sus artículos colocaba el
acento en la cuestión social, en la denuncia de las desigualdades y las
injusticias, y presentaba al Espiritismo como la fuerza ideológica más
idónea para superarlas y capaz de conducir a la humanidad hacia un estadio
superior, en donde brillen las luces de la igualdad, la libertad y el amor
fraterno entre los seres. A consecuencia de su visión socialista-espírita
fue criticado ásperamente por compañeros de mentalidad conservadora y
acusado de introducir conceptos políticos en el movimiento.
Ante las divergencias mantuvo siempre una postura tolerante y afable, pero
reafirmando sus principios y expresando su desacuerdo con quienes convertían
al Espiritismo en una doctrina conservadora orientada a sostener las
injusticias sociales y a la reencarnación en una abominable tesis fatalista,
mediante una errónea interpretación de la ley de causa y efecto.
Gran parte de su actividad idealista la cumplió en el seno de la
Confederación Espiritista Argentina, ejerciendo su presidencia en dos
oportunidades (de 1939 a 1941 y de 1943 a 1945) y cubriendo otros cargos y
funciones cuando le fue requerido.
Durante muchos años se desempeñó como director de la revista La
Idea, órgano oficial de la Confederación, y de Prédica, revista
de la Sociedad Víctor Hugo.
Fue en su segunda presidencia de la C.E.A. cuando se concibió y se impulsó
la idea de crear un órgano coordinador del movimiento espiritista en
América. Bossero tuvo una activa participación en la preparación del primer
Congreso Espiritista Panamericano que se celebró en Buenos Aires en octubre
de 1946 y que coronó como su máxima realización en la fundación de la Confederación
Espírita Panamericana (C.E.P.A.), la cual siempre contó
con su decidido respaldo.
Como editor, Santiago Bossero realizó una obra incomparable a través de la
"Editorial Víctor Hugo" publicando decenas de obras espíritas, de
autores clásicos y contemporáneos, y facilitando su distribución a precios
módicos en toda la América Latina. Además de Kardec, Denis y Delanne, hizo
conocer mediante impecables traducciones a otros autores franceses como
Clara Galichón, León Chevreuil, Eugene Bonnemere; editó obras de Conan Doyle,
Oliver Lodge, Ernesto Bozzano, Amalia Domingo y Soler; y de escritores
americanos de su época como Porteiro, Humberto Mariotti, (argentinos),
Deolindo Amorin (brasileiro), Paz Basulto, Fernando Ortiz
(cubanos), etc.
Bossero fue un hombre entregado a la verdad y a la justicia. Escribió mucho
y lo hizo siempre con el noble propósito de encender en el ánimo del lector
una llama de convicción y de esperanza en los grandes ideales del espíritu.
Además de centenares de trabajos repartidos en revistas de la época, legó
obras de alto valor filosófico, sociológico y ético, finamente orientadas en
los ideales del Espiritismo: Escritos para una nueva edad del
hombre; Glosas a El Libro de los Espíritus; El
moderno esplritualismo y la juventud; Las vidas sucesivas; Vida espiritual
de Amado Nervo; El vestido de luz; Estrellitas, Analectas;
Espiritismo y medicina de la persona.
En el acto civil cumplido durante el sepelio, una gran cantidad de amigos y
compañeros de tantas y memorables jornadas idealistas, así como los representantes
de sociedades espíritas y culturales de la capital, se dieron cita para
rendir el postrer homenaje al dinámico luchador cuyo espíritu partía al
Infinito luego de haber cumplido cabalmente con la misión de progreso moral,
social y espiritual con que se había comprometido.