GUSTAVO GELEY


Gustavo Geley

Nacimiento: 13 de abril de 1868, en Montceau-les-Mines (Francia).

Muerte: 14 de julio de 1924, en Polonia.

Nacionalidad: Francés

Entre las personalida­des más relevantes del Espiritismo, sin duda des­taca en lugar prominente el nombre del médico francés: Gustavo Geley, quien compartió su amor por la medicina con su pa­sión por el estudio de los fenómenos psíquicos lle­gando a convertirse en el mayor impulsor de los es­tudios metapsíquicos (hoy, parapsicológicos) en su tiempo.
Nació el 13 de abril de 1868 en Montceau-les-Mines. Poco después de adquirir su grado de doctor en medicina en la Facultad de Lyon, se estableció en Annecy donde conquistó merecida fama, siendo considerado el mejor clíni­co de la región. Como in­terno en los hospitales de Lyon se distinguió igual­mente de manera notable. A pesar de ello, su gran amor por el estudio de los fenómenos psíquicos lo llevó, años después, a de­jar la actividad médica y a consagrarse a la investiga­ción metapsíquica. Ya desde 1895 era miembro activo de la Sociedad de Estudios Psíquicos de Gi­nebra.
Desde muy joven co­menzó a publicar sus li­bros. En 1897, apare­ció su primera obra: "En­sayo de revista general y de interpretación sintética del Espiritismo", un trabajo de introducción a la doctri­na espírita, en el cual ya muestra su inclinación por el racionalismo y el libre­pensamiento. Dos años después publica: "El ser subconsciente" con el sub­título de "Síntesis explicati­va de los fenómenos oscu­ros de la psicología normal y anormal", reiterando sus conclusiones sobre la pre­sencia en el ser vivo de un principio psíquico, inde­pendiente del cuerpo, pre­existente y sobreviviente al mismo y que evoluciona a través de múltiples exis­tencias.
A comienzos de siglo dictó una serie de confe­rencias en la Universidad de Annecy, en la que se desempeñaba como do­cente, y que fueron recogi­das en un volumen bajo el título de "Las pruebas del transformismo y las ense­ñanzas de la doctrina evo­lucionista". Aquí, Geley argumenta magistralmente en favor de un evolucionis­mo espiritualista, que reco­nozca el proceso de trans­formaciones sucesivas que se da en todos los se­res vivos, tanto en su tra­ma fisiológica como en su esencia espiritual.
En 1913, una revista ita­liana, "Filosofía delta Scienza", dirigida por el Dr. Innocenzo Calderone, de Palermo, publicó los re­sultados de una encuesta mundial sobre la reencarnación en la cual fue con­sultado Geley. Su res­puesta constituyó una magnífica exposición en favor de la tesis de las vi­das múltiples, respaldada con sólidos argumentos.
"Soy reencarnacionista -dice- y lo soy por tres ra­zones. Porque la doctrina palingenésica me parece: 1) desde el punto de vista moral, plenamente satis­factoria. 2) desde el punto de vista filosófico, absolu­tamente racional, y 3) des­de el punto de vista cientí­fico, verosímil y, mejor aún, probablemente verda­dera".
A comienzos de 1919, y por iniciativa de Charles Richet, destacado hombre de ciencia y Premio Nobel de Medicina, se fundó en París el Instituto Metapsíquico Internacional. Geley fue nombrado Director y ocupó el cargo hasta su fallecimiento. También diri­gió la "Revue Métapsychique" durante esos años. En la dirección del I.M.I. realizó personalmente investigaciones sobre tele­patía, clarividencia y ectoplasmia, trabajando con los más renombrados mé­diums europeos de efectos físicos (Franek Kluski, Jean Guzic, Eva Garriere) y con destacados clarividen­tes (Pascal Forthuny, Stephan Ossowiecki).
Fue en aquel mismo año, 1919, cuando Geley publicó su obra cumbre: "Del Inconsciente al Cons­ciente", en la cual ofrece una formidable síntesis fi­losófica y científica, en tor­no del Ser, la Vida y el Universo. Un libro cuya vi­gencia se acrecienta con el tiempo y que se ha constituido en una referen­cia obligatoria para todo estudioso del tema. En 1924, apareció "La ectoplasmia y la clarividencia", en el cual expuso los re­sultados de las sesiones realizadas con aquellos médiums, y mostró impre­sionantes fotografías de materializaciones parciales o totales, revelando sus di­seños experimentales y los severos mecanismos de control que creó para prevenir o detectar cual­quier posible fraude.
En julio de 1924 se en­contraba Geley en Polo­nia, estudiando y experi­mentando con varios mé­diums. El día 14, cuando Francia celebraba su fiesta nacional, ocurrió su trágica desencarnación cuando el pequeño avión se precipitó a tierra falleciendo instan­táneamente el ilustre sabio y el piloto. Una pérdida irreparable para el Espiri­tismo, la Metapsíquica y la Ciencia.